lunes, 21 de junio de 2010

Huéspedes de honor

El gen argentino invitaba a sospechar. El lobby estaba repleto de empleados, periodistas, hinchas y curiosos. ¿Era posible que la Selección entrara a su hotel de Polokwane por esa puerta principal?

Ante la duda, algunos jugaron un ratito a ser detectives e intentaron comprobar si existía una entrada alternativa alrededor en la manzana. El saldo negativo de la búsqueda obligó a quedarse apostados cerquita de la recepción, hasta que se decida echar a todas las personas ajenas al hotel.

El Garden Court, ubicado en Cnr Thabo Mbeki y Paul Kruger, cuenta con 179 habitaciones, incluida una suite. Tiene espacio verde y una piscina que el plantel casi no disfrutará, porque volverá a Pretoria tras el partido. Zakumi da la bienvenida y el detalle de la bandera argentina frente al portón de ingreso no pasa inadvertido.

La espera era más que amena. Varias parejas disputaban duelos de metegol. Muchas camisetas argentinas, aunque no todos nacidos en el sur de América. Unos charlaban animadamente sobre fútbol. Otros descansaban en los sillones, mezclados entre los huéspedes. Y alguno aprovechaba para tomar algo en la barra.

Zelpha, una de las recepcionistas, tuvo la delicadeza de colocarse una vincha con dos banderas argentinas. El detalle, no menor, es que su remera tenía los colores institucionales de la cadena hotelera: verde y amarillo. Sí, los mismos que Brasil.

Mary Jane está entusiasmada. Anticipa un hat-trick de Messi y confiesa su devoción por Maradona. Se le pregunta qué le diría a Diego si tiene la chance de cruzárselo. "Le diría que lo amo", cuenta con una amplia sonrisa. Se le recuerda que está en pareja, pero no se inmuta: "No será la primera ni la última vez que me guste un hombre comprometido".

Frente a la puerta, el móvil policial seguía inmóvil. Hasta que el ruido de las vuvuzelas presagió el arribo del micro albiceleste. Allí comenzaron los movimientos. El cordón del pasillo se hizo más ancho, pero ningún intruso fue retirado del lobby.

Pasaron rapidito. Pozo escuchando musica. Andújar con el mate. Maradona y Messi, líderes en receptores de gritos. Jonás Gutiérrez, siempre amable, levantó la mano y saludó. Los jugadores se fueron derecho a sus habitaciones para después cenar y descansar.

Mientras se desconcentraba el lobby, dos hombres hacían sonar sus vuvuzelas y un grupo de chicas, con remeras amarillas que tenían la inscripción Welcome to South Africa, protagonizaban un show musical en la calle. Para muchos de los presentes, valió la pena la espera. Ver de cerca a los ídolos, al menos los cinco segundos que tardaron en cruzar el pasillo del hotel, no es cosa de todos los días.


Fuente : ESPN

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